noviembre 07, 2008

Parapáramos

La prohibición se suspende a pesar de la gravedad en los cerramientos y se anuncia cada artículo como si fueran pensamientos inconstitucionales. Caen respectivamente las simas.
En la ausencia de la máscara yo soy más que las afasias del molde, la insania en la resurrección del gesto y su rostro.
Un collar discontinuo de descuento en la regresión del niño hacia abajo, el humedal de las macetas del barro cocido a temperatura inconstante ya se asemejan al propio decaimiento, no respectivo de las cimas.
Asterisco treinta y uno numeral, el número menos público. Lo que nunca figuró en guía. Volverá a casa después, los influjos de un recorrido establecido hasta la isla inventada, los intentos de una isla. Volverá a casa después y abrirá la puerta con premura por sí del lado de adentro algo resalta en las ruedas, el tajo que hace desangrar la hoja. Volverá a casa después.
Este sitio sin árboles es más estacional que la aorta madre del descontento, un corto a punto, llueve en todas las venas. La única sequedad posible está en la yugular, aunque hiberne la piel y el positivo este lejos del negativo. Algo nos quema al revés, este sitio sin árboles.
El volumen se proporciona como fauna iliaca, flora femoral, la crónica obstrucción del rayo ultravioleta, un desagüe disipado. Así traté de construir mi propio terrario antes que la madrugada nos clave la rama terminal. La fosa se precisa entre añicos de vidrio cavado y nuestro ecosistema de faunos.
Los invertebrados excluidos de siempre, sosteniendo la relajación, el tiempo al tiempo de un desierto fisiológico. Éramos unos relojes de arena sacudida por la intensidad del remolino y nunca pasábamos donde nos esperaba el vacío, en la presencia del rostro ella es más que las prosadias de la lengua, la sanidad en la finitud de la impostura y mi máscara.
Extrañamos la raíz del pino huérfano que tocaba la persiana del segundo piso mientras mirábamos desde la terraza sorprendidos si algo de él iba a meterse también en casa como volviendo de la vegetación frondosa de un jardín molecular a las habitaciones desnutridas, no sabíamos si su inclinación era un deseo o simplemente lo incitaba cada hendija a desprenderse del tronco y entrar.
Un vecindario de marionetas comprometidas con la reclusión del movimiento, movimiento que deja de serlo cuando se somete al estricto régimen ancestral de la clorofila, su dieta balanceada.
Por las hendiduras de las cosas mínimas que quedaron presentes se escabulle la salvedad de los orificios, un elfo desconsiderado que pregona todo tipo de ingreso sin suponer la importancia del regreso.
Sobrevivirán esas presencias, impregnadas en ambos hemisferios antes que una palabra inaudita. Vinimos por la tierra que manchó el parquet cuando los estruendos movían las paredes que dejamos huecas por sí un día de estos se llena el cuerpo de termómetros y se canoniza su recalentamiento global.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

hermoso texto.
luli salazar

Anónimo dijo...

No puedo parar de leerlo.
Este texto me hace detenerme y acomodarme.
Besos, Fabricio!
Y mis slds a Guillermo Gnomo.
Miriam

* dijo...

fabriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
qué buen regreso!!! quería leer algo tuyo.

1)gracias por el mensaje q me mandaste p saludarme x el cumple!

2)me puse la música al palo para leerte, un temazo de john frusciante que se llama omission.

3)me hubiese gustado escucharte en la feria, pero el calor y los cortes de luz hicieron q emigre hacia el campo.

4)sobre el texto: los vacíos (y espero no ser una vividora de ellos) q me quedan cuando leo trato de llenarlos por los intersticios que tus omisiones dejan. tus renglones me llevaron como a una nena la lleva una bicicleta un día de mucho viento(a favor) caluroso.

siempre lindo entrar a tus postales...tienen las imágenes q me interesan ver.

un abrazo fuerte fuerte

menta producciones dijo...

Muchas pero muchas gracias Luli, Miriam, violeta querida, los saludos al querido amigo serán dados y me encantó la imagen violeta de una bicicleta nena empujada hacia los confines de la razón ecuestre besos para todos

Anónimo dijo...

"Asterisco treinta y uno numeral, el número menos público" (jajajaja)

texto para otro libro pibe...exelente! besos....

Anónimo dijo...

otra que me detuvo fue la sensación de cautiverio que inhala el mundo.
no hay hueco para este vino ante la perfección de tu relato.

abrazos!!!

menta producciones dijo...

Muchas gracias aunque sí quisieras encontramos el único y el vino lo tomamos juntos más abrazos

* dijo...

voy a tener que comprar tu libro para leerte...estás en huelga de blog?
un abrazo fabri querido.

Anónimo dijo...

FELICIDADES QUERIDO!

menta producciones dijo...

No desesperen por favor que todo lo sabático sabe a ático, ya vuelvo me tomo cinco minutos y me tomo un te... saludos

* dijo...

las esperas me desesperan...pero hablando de esperar para leerte, haré el esfuerzo de no ponerme ansiosa. besote!