marzo 03, 2009

Entre la piel y la vigilia

Seremos un benteveo carenciado, pobre, que no pueda comprarse ni un elemento telúrico, ni un complemento que le permita apoyarse en tierra firme, que no pueda rascarse la espalda, que vuelva después de cada concierto en las arboledas marchitas y se suspenda sólo en el aire de la nulidad pero que deteste el suelo, que no quiera pisarlo ni una vez, seremos también lo que su silencio nos deja a la mañana cuando las sábanas deben ser cambiadas, nos dormiremos en una cucheta, yo abajo vos arriba y cuando nadie nos vea vos bajarás hasta la espina y deberás izarla como en la escuela cuando tomábamos chocolate con churros y no queríamos que nos elijan para ser parte de un mástil infectado de verano tísico y quedar avasallados a la bandera que agonizaba en otro aire, no en el mismo que el benteveo se componía de a ratos. Haremos un periplo por la ruda desplantada del baldío y serás ese guía turístico antes de embadurnamos con el hedor hasta la olla grande de agua tibia para el tuco del domingo. Visitaremos las cápsulas perimetrales del transbordador que viaje al planeta dentado, triturador de toda posibilidad vital, y el espacio será de los otros, nada habitable será nuestro. Nada que merezca la ocupación de un lugar, seremos lo inhabitable, lo que no se puede conquistar.
Caminaremos/as por las esquirlas del río cuando el oleaje golpea de tanto kayak que pasa y no salpica, hasta internarse en las rampas que nos llevan a la humedad de la arena maciza y tomaremos gaseosa a la espera de un fernet en la pista rave de enfrente, seremos ojos, yo los suyos ella los míos, se mirarán entre los dardos buscados de los músculos, seremos pies con plantillas especiales, para la planicie envejecida pero caminaremos/as.
Volveremos despacio a casa contentos por la frase cursi bajo la luna y guardaremos todos los besos en redes de pescadores para que conserven algunas calorías de mordeduras, seremos lomas de burro atravesadas por las ruedas derechas del labio superior, en el pavimento del paladar. Dejaremos abierto el mismo libro de Houellebecq en la página 269 para que la isla sea una imposibilidad, nadaremos, nada haremos entonces por la ecología de nuestro sexo, invadido. Despejaremos la incandescencia de los moteles de las calles adoquinadas y cortas para atraer definitivamente cada hueco, la reclusión perpetua del miedo, cada distracción, cada influjo de nuestro brillo.
Iremos de picnic a los confines de la insurrección de un paisaje precario, envuelto en sofocaciones de manteles cuadriculados y canastos de mimbre repletos de migas y recipientes plásticos y las cartas que nos leeremos después de sentir las manos, conversaremos apenas con el hombre de la garita de seguridad. Los detractores ingieren la precariedad que es parte del alma del pasto que se vale de nuestras marcas para incorporarse.
Nos desarmaremos como chatarra de remises, incluso en la continuidad del cuerpo de las marionetas para armarnos simples, con los invertebrados y la dosis necesaria de maicena, nos inclinaremos hacia la postura más voraz de un crol y que se toquen los hombros, una intersección de huesos, la mimetización del cuello a los efectos tardíos del occiso. Nos desearemos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

aplaudo el texto, aplaudo tu cumple feliz, aplaudo la foto de marqui...abrazos intersticiales...

C a r t u . dijo...

..seremos cálidas manos que te abrazan en el día de tu cumple..
y tambien seremos emos, de emoción..

* dijo...

te fuiste al re carajo.
yo aplaudo a la mina merecedora de algo así.

te abrazo fuerte! muy feliz cumple fabri querido!

(a este texto lo copio entre mis preferidos...soy romántica, y q? jej)

menta producciones dijo...

Gracias a todos de verdad por los saludos y por leer el texto un abrazo enorme a la distancia virtual

MC dijo...

Fabricio, demando alguna ocurrencia intersticial de las tuyas, renovame, refrescame con tu aire de sabia contemporaneidad (o no tanto), pero sobre todo, cruzate más seguido conmigo, de última hacemos una carrerita!

menta producciones dijo...

Ya viene ya viene como un agua tónica el refresco que calma pero nunca están de más las carreras